PENSAMIENTOS SOBRE LA VUELTA A LA ACTIVIDAD DESPUÉS DE LA PANDEMIA

Al día de ayer la DGT publica que han fallecidos 240 personas en la movilidad en lo que va del 2020 en comparación con los 303 el año pasado. Estadísticamente es un cambio significativo. Está claro que ha habido una variación en las cifras. Hay menos muertos en 2020 que en 2019. Sin embargo el cambio no es proporcional al descenso del número de kilómetros conducidos – que se informa que se sitúa alrededor del 70 a 80%. El número de personas fallecidas a 24 horas en carreteras “solo” ha bajado un 21 % en las carreteras.

Como en otros momentos de contabilizar víctimas, hay dudas en la solidez de la información total. Sabemos que, durante muchos meses, la DGT solamente trabaja con fallecidos a 24 horas (lo que supone un 20% menos que los contabilizados a 30 días) y que se olvidan – o aplazan – incluir los fallecidos en zonas urbanas – que supone a su vez una reducción de entre un 25 a 30 % del total. Así podemos aventurar que en las cifras dadas falta un 50 % de la cifra real. Esta reflexión se ha hecho muchas veces y a pesar de ello se sigue trabajando con datos poco reales.

Lo que sí queda claro tras una primera lectura de las cifras, es que la contención de tráfico tiene el resultado esperado.

La teoría dice que con menos movilidad en carreteras, el número de siniestros y de muertos, como indican las cifras dadas, no baja proporcionalmente. Los datos siguen una curva con mucho más riesgo por kilómetro conducido a menos tráfico.

Nos preguntamos, ¿qué podemos esperar cuando se levante el confinamiento? El panorama no es muy alentador. Se espera que haya poco tráfico, por lo que, tal como hemos visto, el riesgo será mayor, los conductores tras un mes sin moverse y sin probar la sensación de la velocidad estarán ansiosos lo que provocará sin duda mayor riesgo.

P(A)T sugiere que el Estado – en bien de los ciudadanos y las familias – decrete un mes de contención: Un mes con una velocidad máxima de 70 km/h en todas las carretera que no tengan un límite local menor y 80 km/h en autopista. Además se recomienda que el límite de velocidad en zona urbana sea de 30 km/h durante un mes y de 40 km/h otro mes. También el Estado tiene que avisar y alertar a los conductores que de nuevo son novatos.

No sabemos si esta medida salvaría 250 o 400 vidas de ciudadanos españoles, pero vale la pena intentarlo. A grandes desastres (como la agresividad viaria) es necesario utilizar medidas contundentes – cosa que no se ha hecho en la cuestión de la seguridad vial – todavía – en España. Con el objetivo de la Visión Cero para 2050 (que necesita acciones contundentes) es hora – por una vez- de actuar con severidad contra los locos de la velocidad y los que conducen sin respeto a la vida de los demás.

Por Ole Thorson Jorgensen, miembro de la junta directiva de Pat Apat