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INNUMERABLES PÉRDIDAS
Cuando hablamos de siniestros de tráfico un segundo puede cambiar nuestra vida para siempre. Un segundo que marcará no solo a la persona que sufre el siniestro, sino a las personas de su alrededor.
Cuando hablamos de siniestros de tráfico un segundo puede cambiar nuestra vida para siempre. Un segundo que marcará no solo a la persona que sufre el siniestro, sino a las personas de su alrededor.
El siniestro marca un antes y un después, a partir del cual se suman innumerables pérdidas. Pérdida de seres queridos, de salud, de proyectos, etc. generando un terremoto en la vida de los afectados que tambalea muchas de las creencias que se daban por sentadas.
Al dolor se suma un largo y farragoso proceso legal que acentúa todavía más el sufrimiento, pudiendo derivar en un trastorno de duelo prolongado que puede durar años y que a menudo se estanca en la etapa de aceptación.
“Tienes que aceptar”.
Cuántas veces oímos esas palabras y qué pocas veces nos adentramos en ellas…
Sí, no hay más remedio que aceptar la cruda realidad de lo sucedido. Pero aceptar implica también admitir que no controlamos, que la vida no tiene lógica, que las protecciones que dábamos por sentadas no siempre funcionan, que no hay justicia, que vivimos en una sociedad inmadura a la que no le importa el sufrimiento de los demás y un largo etcétera. En definitiva, que nada va a volver a ser igual que antes y que en muchas ocasiones no nos vamos a poder apoyar en los mismos valores que antes daban sentido a nuestra vida.
El edificio se derrumbó y hay que reconstruirlo.
Desde P(A)T damos fe de que se puede e incluso puede ser una oportunidad para construir una casa nueva y distribuirla y amueblarla de otro modo y sobre todo asentar bien los cimientos. Otro día hablaremos de ello.
Pero no hay que perder de vista el inmenso vacío inicial al que se enfrentan los afectados por siniestros de tráfico y las innumerables pérdidas que implican. Por eso, dice la psicóloga Yolanda Domenech, si tienes cerca a una persona que está pasando por un momento así, no le hables de aceptación, siéntate junto a ella y respira a su lado para ayudarla a volver a la vida.