EL DUELO NO SE VA DE VACACIONES

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Atención a víctimas

EL DUELO NO SE VA DE VACACIONES

De vacaciones, pero no del todo.

Llega la época del año que todos esperamos: las vacaciones, momento en el que desconectamos de la rutina, dejamos a un lado las obligaciones y soñamos con escaparnos a lugares paradisíacos llenos de diversión.

Sin embargo las vacaciones pueden ser difíciles para las personas en duelo. Por una parte por el contraste entre su estado interior (lleno de tristeza, melancolía u otras emociones) y el contexto vacacional exterior más conectado con el ocio y la diversión. Esta situación puede percibirse como ajena e incluso sentir incomodidad y rechazo por la diversión de los demás. A menudo escuchamos en consulta: “cómo puede ser que el mundo siga adelante si mi madre (u otro ser querido) ya no está?!”.

Además las vacaciones pueden ser difíciles porque las personas de nuestro entorno que forman nuestra red de apoyo se van fuera, las tiendas del barrio cierran y no nos podemos apoyar en la rutina del trabajo, haciéndonos sentir más aislados y con un gran sentimiento de soledad.

Por eso es recomendable planear el periodo vacacional y decidir cómo y con quién lo vamos a pasar. Si decidimos pasarlo acompañados, podemos informar a la persona que nos acompaña con una frase tipo estoy en duelo y necesitaré mis espacios, o hablar, o callar”. Esa advertencia nos va a permitir respetar nuestras necesidades siendo más fácil comunicarlas.

Si decides viajar puedes convertir el viaje en una manera de honrar a tu ser querido, por ejemplo yendo a algún lugar especial para ambos, convirtiendo el viaje en un ritual o iniciando un diario para facilitar la expresión de emociones.

La realidad es que el duelo no se va de vacaciones, pero sí podemos hacerlas más soportables si planificamos con antelación lo que vamos a hacer y con quién las vamos a compartir.