Controles de alcoholemia y drogas para salvar vidas
El viernes 14 participamos en un control de alcohol y otras drogas con el objetivo de salvar vidas. La policía local del municipio de Cerdanyola del Vallès realizó el control de alcoholemia y voluntarios de P(A)T participamos concienciando a los conductores sobre los peligros de no estar en plenas capacidades al conducir.
El viernes 14 participamos en un control de alcohol y otras drogas con el objetivo de salvar vidas. La policía local del municipio de Cerdanyola del Vallès realizó el control de alcoholemia y voluntarios de P(A)T participamos concienciando a los conductores sobre los peligros de no estar en plenas capacidades al conducir. Pudimos hablar con muchas personas distintas, haciéndoles entender el peligro del alcohol, drogas y medicamentos al conducir.
Los escalofriantes datos de la DGT aseguran que al menos el 15% de conductores conducen bajo los efectos del alcohol o drogas. Es decir, que de cada 100 coches en las carreteras, al menos 15 son una bomba de relojería.
Glòria M. Urbano, regidora de Seguretat Ciutadana, destaca la “bona rebuda que està tenint l’acció per part de les persones conductores” y desea que “accions com aquestes se segueixin duent a terme per seguir treballant en la prevenció dels accidents de trànsit, en la reducció del nombre de víctimes i en l’augment de la seguretat viària”.
Por otro lado, Vicente Sánchez, presidente de P(A)T que también ha participado en los controles comenta que “es importante que se entienda el objetivo de los controles de alcohol y otras drogas, que no es otro que el de salvar vidas”.
La prueba de alcoholemia se utiliza para determinar el nivel de alcohol ingerido y comprobar si el sujeto supera los límites legalmente establecidos. Dar positivo en una prueba de alcoholemia puede constituir una infracción administrativa o un delito en función de la tasa de alcoholemia encontrada.
Consistirá en una infracción administrativa cuando el resultado de la prueba de alcoholemia sea superior a 0,50 gramos por litro litro de sangre, o bien superior a 0,25 miligramos por litro de aire espirado, sin llegar al límite penal.
Será delito si la tasa de alcohol es superior a 1,2 gramos de alcohol por litro de sangre, o bien de 0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Además, en el caso de conductores con menos de 2 años de experiencia y de conductores profesionales, los límites para considerar la existencia de delito se reducen a 0,3 gramos por litro en sangre, o bien 0,15 miligramos por litro de aire espirado.
Las penas dependen también de la cantidad de alcohol ingerida.
- Entre los 0,25 y los 0,50 mg/l: multa administrativa de 500€ y la pérdida de 4 puntos del carnet (1.000€ en caso de reincidentes).
- Entre 0,51 y 0,60 mg/l: multa de hasta los 1.000€ y la pérdida de 6 puntos del permiso de conducir.
- Más de 0,60 mg/l: delito con pena de entre tres y seis meses de cárcel o una multa de 6 a 12 meses y un periodo de 30 a 90 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Esto no es todo, porque dar positivo por encima de 0,60 puede implicar la retirada del permiso de conducir entre uno y cuatro años.
Además, es obligatorio someterse a la prueba de alcoholemia, y la negativa a someterse a la prueba es un delito castigado con penas de prisión de seis meses a un año, y retirada del permiso de conducir de 1 a 4 años.
Hace falta recordar que la normativa aplica a todos los vehículos, también a los de movilidad personal, y a partir del 21 de marzo, debido a las reformas legislativas se establece la tolerancia cero en la tasa de alcohol en sangre de menores de edad que conduzcan vehículos como patinetes eléctricos o ciclomotores.
Pero, ¿por qué se hacen? ¿Qué hace que sea incompatible la conducción y el alcohol?
Aunque no afecta a todo el mundo por igual, el alcohol distorsiona la percepción de la realidad, tanto de la carretera o la velocidad, y aumenta exponencialmente el riesgo de siniestro, también en los niveles ni siquiera administrativos.
Fuente: Ruíz, Álvaro et. al. (2010)
Por este motivo en P(A)T apostamos por la tolerancia 0 en alcohol y otras drogas, puesto que desde la primera gota nos jugamos la vida, la nuestra y la de todos los demás conductores.