Carta abierta a José Maria Ortega Cano
Sr. Ortega Cano ha perdido usted una gran oportunidad de salir por la puerta grande de esta complicada situación en la que usted solo se metió y de la cual jamás podrá salir.
Y menos ahora que ya es usted padre y puede hacerse una pequeña idea del infierno que supondría enterrar a un hijo con toda una vida por delante, que haya sido condenado a muerte por un delincuente desalmado, sin juicio previo, sin abogado defensor, sin cometer delito alguno, solo por existir y ocupar el espacio que le correspondía legalmente y cruzarse con alguien como usted.
Como usted bien ha dicho esto que le ha ocurrido es algo muy frecuente en nuestra sociedad, por desgracia.
Y precisamente por eso me dirijo a usted, por ese continuo drama que cada día nos azota y que sufren muchas familias debido a conductas de total desprecio y falta de respeto que algunos individuos irresponsables demuestran, cuando están al mando de vehículos a motor.
Por ser usted un personaje tan mediático es de lamentar que sus consejeros y amigos no le hayan orientado por el camino de la verdad, de la decencia y de la humildad.
Usted va a ir a la cárcel porque según ha dictado la jueza es usted un delincuente.
A la cárcel usted podía haber ido arrepentido de su comportamiento, dando la cara y pidiendo perdón a la madre, hijos, esposa y hermanos del Sr. Carlos Parra.
Podía haber ido intentando dar ejemplo a aquellos que como usted tienen problemas con el alcohol, pidiendo colaboración para que cuando estén AGUSTITO no conduzcan y eviten pasar el resto de sus vidas por el calvario que usted está pasando y el que le espera cuando sea usted consciente de la condena perpetua a la que ha enviado a toda una familia inocente.
Pero aun después de cometer un delito tan grave, cabe el arrepentimiento, el ánimo de rectificar comportamientos tan inhumanos, sacando pecho con el coraje que usted mostraba cuando se plantaba delante de un toro sin abogado, frente a la fiera solo con un par de banderillas.
Me sorprende su cobardía porque tenía de usted una imagen de hombre valiente, recuerdo verle en un concurso de baile en televisión, con la poca gracia que tiene usted para ese arte y sin embargo su valentía venció al sentido del ridículo.
Pero en esta ocasión, que era ideal para consagrarse demostrando humildad, honradez, integridad y valentía, usted se esconde tratando de protegerse tras unas mentiras que ya no se las cree ni el más incondicional de sus seguidores.
Con su actitud falta el respeto a Carlos Parra y su familia, que son las auténticas víctimas de esta situación.
Me ha defraudado y está usted haciendo un flaco favor a la mayoría de conductores que estamos comprometidos en defensa del derecho a la vida y en contra de la violencia vial.
Me gustaría que quienes conducen bajo los efectos del alcohol o cualquier tipo de sustancias no compatibles con el manejo de vehículos a motor les sirvan estas palabras y puedan rectificar a tiempo. Estas conductas al volante causan un enorme daño a toda la sociedad y condenan diariamente de por vida a demasiadas familias.
En nuestras manos está evitarlos, tengamos claro que la conducción responsable, respetuosa y segura es incompatible con el alcohol y otras drogas.
Desde nuestra asociación queremos mostrar nuestra solidaridad con la familia Parra, pedir más respeto para las víctimas y que se cumplan nuestras leyes y las condenas que deciden nuestros Tribunales de Justicia.
Vicente Sanchez González
Presidente de la Sección de Afectados AP(A)T
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