Contenidos publicados sobre atención a las víctimas
QUÉ ES LA LEY DEL BAREMO Y CÓMO SERÁ SU MODIFICACIÓN
Atención a víctimasJusticia restaurativa, un proceso sanador y reintegrador, para las víctimas y “victimarios” en los siniestros de tráfico: Verdad y reparación
Atención a víctimas, Noticias, P(A)T informaLos siniestros de tráfico son una realidad que afecta a miles de personas cada año cuyas consecuencias invaden todas las áreas de la vida: física, psicológica, social, familiar, espiritual etc, y tras los cuales se plantean una serie de cuestiones legales de gran trascendencia. El objetivo de P(A)T es informar, orientar y dar apoyo a las personas afectadas, ofreciendo una atención adecuada a las diferentes necesidades individuales, con la finalidad de ayudar a paliar las posibles secuelas y evitar una traumatización secundaria. P(A)T ofrece orientación legal, asesoramiento técnico y orientación psicológica (mediante grupos de duelo y grupos de ayuda mutua).
El duelo es un proceso natural de adaptación a la pérdida que afecta a todas las áreas de la vida (física, emocional, cognitiva, espiritual). Al hablamos de proceso, está implícito el tiempo, por lo tanto en cualquier pérdida vamos a necesitar un tiempo para aprender a vivir sin el ser querido o para adaptarnos a la nueva situación sin aquello que hemos perdido (ya sea la pérdida de salud, de una habilidad o capacidad, etc). Pero no se trata solo de tiempo, es un proceso dinámico y activo en el que es necesario ir pasando una serie de etapas que varían según los autores, pero que podríamos resumir en:
- Una etapa de Shock o negación: en la que se trata de aceptar la realidad. Ante algo tan inesperado no es fácil asumir lo que ha ocurrido y necesitamos darnos cuenta de que es real, que no es una pesadilla.
- Una vez pasa la anestesia inicial, se acentúa el dolor. Y entramos en una etapa de Expresión emocional: en la que sobre todo se va a aprender a gestionar las emociones: la pena, tristeza, rabia, ira, culpa, impotencia, soledad, ansiedad, miedo, etc.
- Una etapa de Adaptación a la realidad: en la que se inicia una negociación con la vida, con las circunstancias actuales, en la que uno se plantea nuevos retos, nuevos roles. En esta etapa baja la emocionalidad y uno pone en marcha recursos para solucionar problemas.
- Y una etapa de aceptación e integración: en la que las emociones son más serenas, se empieza a recuperar la ilusión por vivir, hay una resignificación de la pérdida que puede llevar a lo que se llama crecimiento post-traumático o aprendizaje vital.
La duración de este tránsito por las diferentes etapas descritas no está definida. Aunque hablamos de mínimo un año que supone pasar por fechas significativas como aniversarios, navidad, cumpleaños, vacaciones, etc. Como he dicho no hay un tiempo definido, lo importante es que se haga, pueden ser 3, 4, 5 años. A veces el 2º y el 3º es peor y además no se suele tener el mismo apoyo que al inicio. Podemos hablar de finalización del duelo cuando se puede hablar del otro sin dolor extremo y la persona vuelve a tener interés por la vida y por su entorno y vuelve a estar ubicada socialmente.
Hay varios aspectos que determinan la evolución de un duelo, en el sentido que este llegue a ser un duelo traumático o complicado, según la nomenclatura técnica.
- Uno de los aspectos importantes son las Circunstancias de la muerte: una muerte súbita y traumática como en el caso de un siniestro de tráfico, va a ser un agravante. No hay tiempo de reacción, de despedirse. A parte del hecho de ser una muerte violenta.
- La edad de la persona fallecida y vínculo con el doliente: si es una persona joven no será lo mismo que una persona mayor. También dependerá del grado de parentesco (especialmente si es un hijo o un cónyuge).
- Las experiencias de duelos anteriores y educación previa en relación a la muerte: si hay duelos no resueltos, acumulados, esto va a ser otro agravante. Y también va a influir el sistema de creencias previo.
- Estilo de afrontamiento general (como hace frente a los problemas y emociones en su día a día, si los evita, si los afronta…).
Durante el duelo pueden aparecer una serie de síntomas en diferentes áreas como son:
- Emociones: Anestesia emocional, shock, rabia, tristeza, irritabilidad, culpa, auto reproches, sentimientos de soledad, sensación de impotencia, etc.
- Sensaciones físicas: Sensación de falta de aire, perdida de energía, sequedad de boca, trastornos del sueño, opresión en el pecho, hipersensibilidad al ruido, etc.
- Pensamientos: Pensamientos obsesivos e intrusivos, Incredulidad, confusión, alteraciones perceptivas, alucinaciones visuales y auditivas transitorias, …
- Conductas: Evitación de lugares, alteraciones en la alimentación y en el sueño, abandono de relaciones sociales, inquietud, etc. Si pasado un tiempo (aproximadamente 6 meses) continúan síntomas como: síntomas físicos intensos, fuerte sentimiento de culpa, ira incontrolada, pensamientos de suicidio o de sentir que la vida no tiene sentido, abuso de substancias, etc es importante buscar ayuda profesional.
En P(A)T puedes encontrar el PUNTO DE ENCUENTRO un espacio donde poder expresarse, donde poder compartir escuchando y siendo escuchado por personas que sufren situaciones similares. Dónde poder hablar para sanar.
REIVINDICACIONES PARA MEJORAR LOS DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS
Conocedores de las necesidades de las víctimas luchamos por conseguir una adecuada atención post-accidente, que debe incluir:
ATENCIÓN SANITARIA: es decir atención médica y psicológica. Es importante mejorar los servicios de emergencia y la respuesta inmediata posterior al siniestro(hora de oro) y la adopción de un número de teléfono de emergencia global. Sin embargo, se deben garantizar los tratamientos de rehabilitación para minimizar las secuelas y ayudar a mejorar la calidad de vida. Facilitar el acceso a prótesis o tratamientos cuando sea necesario, teniendo en cuenta que una discapacidad deja a la persona en desventaja, no solo por la dificultad de acceder a un trabajo, sino también por las dificultades relacionadas con la accesibilidad.
En la mayoría de casos, las consecuencias físicas son obvias: muerte o consecuencias físicas graves. Pero a menudo olvidamos las heridas invisibles, las heridas emocionales. Se necesita más conciencia sobre la buena atención psicológica para evitar la re-traumatización. Ya desde el primer momento con profesionales especializados en psicología de primeros auxilios y profesionales especializados en dar malas noticias. Y, por supuesto, con un buen seguimiento por parte de los profesionales si es necesario. Poco se sabe sobre las consecuencias para la salud mental y, por lo tanto, es importante tenerlas en cuenta para ofrecer una respuesta adecuada posterior al siniestro.
Las lesiones emocionales pueden crear problemas graves, como depresión, ansiedad, insomnio, trastorno postraumático e incluso ideas suicidas, con todas las consecuencias que esto conlleva para la vida de la persona que lo padece. Por lo tanto, es imperativo continuar estudiando y trabajando en el tratamiento del duelo y el trauma para garantizar que los profesionales que cuidan a las víctimas tengan la capacitación adecuada para enfrentarlo.
JUSTICIA: Las víctimas necesitan recibir información clara. Hay mucha desorientación en un momento de gran vulnerabilidad y se necesitan profesionales con sensibilidad y honestidad.
INVESTIGACIÓN: Cuando hay una muerte o un herido con consecuencias graves, es importante que se lleve a cabo una investigación exhaustiva y que los factores causales se determinen lo antes posible, como ocurre con otros delitos. Además, es esencial que los profesionales o policías que llevan a cabo el atestado lo hagan de conformidad con las normas mínimas para garantizar una investigación adecuada, ya que la responsabilidad legal deriva de ello y dependerá en gran medida del resultado del juicio.
JUSTICIA RÁPIDA: una justicia rápida, que tenga en cuenta la seriedad de los hechos, ayuda a evitar la traumatización secundaria y favorece el cierre del proceso de duelo. Al mismo tiempo, actúa como elemento de disuasión para otros conductores temerarios, evitando que cometan delitos de tráfico y, por lo tanto, menos pérdidas y lesiones evitables.
INCLUSIÓN SOCIAL: Es necesario asegurar la integración social y laboral de las víctimas, para ayudarlas a normalizar sus vidas y sentir que son parte de la sociedad. Una discapacidad deja a la persona que la padece en una clara desventaja y también es importante trabajar para asegurar su reintegración en la sociedad.
Texto: Yolanda Domenech