Inicio de descanso antes de las bebidas de Navidad
En los medios de comunicación se ha explicado que ha habido cierta densidad de tráfico y momentos de congestión por aglomeración de conductores que se han ido de las ciudades para evitar aglomeraciones de compradores y en dirección contraria de los que han ido a la ciudad en busca de los regalos de navidad.
¿Se ha olvidado totalmente el sentido de la Navidad? La llegada a nuestro mundo de un mensaje de amor y alegría humana y divina – no de gastar los pocos recursos que quedan sobre la tierra y de lo poco que queda en los bolsillos de mucha gente.
Una parte de las retenciones y colas en carreteras y calles no se deben al vulgar vaivén relacionado con los desplazamientos, sino se deben a errores durante el vaivén. Los siniestros en la movilidad, se deben a la falta de atención, a no ceder el paso, a correr demasiado, a conducir bajo los efectos del alcohol y otras drogas (también medicamentos incompatibles con la conducción), etc.
“500.000 coches salen en las carreteras al inicio del puente”. Sabemos que tanto viaje crea nervios, agresividad para llegar rápidamente al destino. Creemos que en esta situación de emergencia climática, en medio de la responsabilidad de alcanzar los objetivos de visión cero, una recomendación de post COVID de no salir tanto y de evitar nervios y así siniestros, sería la mejor opción.
La vida del ciudadano vale más que derrochar. Parece que la seguridad vial también ha sucumbido a la economía: gastar más es el objetivo – todo o lo que no se ha gastado el último año.
Además hay presiones (y parece que las administraciones ceden) para tener más conductores y se inicia un camino político para bajar la edad de poder conducir ciertos vehículos. A los 16 años no estamos suficientemente preparados para meternos con velocidades altas en medio de una movilidad altamente peligrosa. No gastemos la renta cosechada de menos muertos en y por el tráfico sacrificando vidas de un cierto número de jóvenes.
Es verdad que ha habido cambios en los reglamentos en el año 2021 y vendrán más (positivos) en 2022. Pero el mensaje tiene que ser claro y nítido. No más muertos.
Ole Thorson, expresidente de P(A)T