Fallecidos durante la pandemia

Comunicados P(A)T

Fallecidos durante la pandemia

Es extraño – o normal – que no hayan comentarios continuados sobre el número de fallecidos por la pandemia del COVID-19 (¿o es ahora del COVID-21?). Parece que nuestros dirigentes se han cansado, de nuevo, de hablar, de consolar, de dar esperanzas y ayudar a las familias que han perdido a un familiar, un amigo, alguien cercano en la pandemia del virus más mortífero de este siglo y del anterior.

Tampoco se habla demasiado de víctimas de la violencia machista, de otras agresiones mortales o graves, de los heridos y fallecidos en siniestros de tráfico y los que nos dejan por la contaminación.

¿A caso por ser cifras menores que las de la pandemia, no son dignas de mención?

De todos modos, los más de 50.000 fallecidos, tampoco son ciudadanos recordados. Son únicamente números en algún archivo en el Ministerio de sanidad.

Muchos somos los indignados por la actitud ignorante que el Estado y sus instituciones demuestran hacia la vida de los ciudadanos.

No se entiende que cueste tanto – no solamente prohibir – sino imposibilitar y disolver concentraciones de masas de gente que no siguen las normas de buena conducta como ciudadanos.

¿A caso la economía abstracta de empresas y de comerciantes vale más que la vida de los ciudadanos normales? ¿Cómo es que el estado y el gobierno no han aprobado líneas “suficientes” de ayuda económica a los que están a punto de caer en el pozo de la pobreza?

Durante años hemos visto que los ministerios encuentran dinero para ayudar a sectores que fabrican y venden muerte. Ayudas para comprar vehículos, que forman parte de la máquina de matar del capital, que refuerzan esta máquina de armamento. No hay restricción de presupuestos para otras armas (las de verdad) – ni se habla en el Congreso de cambiar las prioridades de las finanzas del estado.

El presupuesto del estado para 2021 no profundiza seriamente en cambios de las prioridades para conservar la salud y vida de los ciudadanos. ¿No valía la pena comprar algo menos de armamento bélico y destinar unos miles de millones a ayudar a los ciudadanos con necesidades y con graves penurias?

Es penoso que no se haya sentido entre los dirigentes una unidad fuerte para cambiar positivamente el destino de muchos ciudadanos. Parece que estamos en una pobreza mental en el país que quiere vanagloriarse de ser tan humano y tan democrático. El humanismo se ha caído en el pozo de la economía.

La Junta de P(A)T quiere aportar una gota de ayuda a los que sufren de la falta de un plan de humanismo del país.

Ole Thorson
Expresidente de P(A)T